Ivette Barragán

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Soy ecuatoriana residente en Dubai desde hace más de 14 años. Me convertí en la esposa acompañante, dejando atrás mi carrera, todo lo que sabía y mi país para apoyar en la carrera de mi marido. En ese momento tenía dos hijas de 2 y 6 años. No fue fácil, pero tampoco demasiado difícil. Me mudé con grandes expectativas: una mejor educación para mis hijas, un lugar que es el destino soñado por todo viajero y una ciudad llena de posibilidades.

 

Hice lo que tenía que hacer por amor, sacrificio o como se llame. Cuidé de mi familia, me convertí en ama de casa y madre devota de mis hijas. Mientras ellos crecían, logré tener un negocio paralelo como organizadora de eventos independiente para sentir que avanzaba en mi carrera. Terminé en la rueda de hámster de toda mujer. No tenía los logros suficientes para ser una buena madre o tener éxito en mi vida profesional. La culpa por dejar a mi familia y no trabajar lo suficiente se convirtió en un problema. Corría todo el tiempo, pero mi cuerpo empezó a resentirlo y comencé a tener problemas de salud relacionados con el estrés. Entonces, dejé mi negocio independiente, pero aun así no me sentía muy bien. Mi mente era mi peor enemiga, diciéndome que no era nada sin una carrera, que solo era mamá. Mi mente solía decir que yo era mi propia traidora, la asesina de mis sueños de juventud.

 

Después de una larga conversación con una gran amiga, iniciamos un podcast. Nuestro principal objetivo era crear algo en el que pudiéramos trabajar juntas en nuestros problemas y encontrar alguna forma de lograrlo. En ese momento no importaba si solo una persona escuchara. Sólo queríamos crear un refugio. El podcast se convirtió en una salida para la auto reflexión , trabajando por lo que quería mejorar como mujer en este momento. Reduje el ritmo y me apropié más de mi salud física y mental. Todavía estoy trabajando en ello.

 

Ahora estoy en un camino diferente en mi vida, completamente diferente de lo que quería en la universidad: encontrar un nuevo lugar donde todos mis talentos y dones se pongan al servicio. Como mujeres expatriadas, debemos crear una nueva vida en un lugar, idioma y cultura diferentes. Debemos construir un hogar desde cero, desafiarnos constantemente a salir de nuestra zona de confort, aprender rápido y adaptarnos rápidamente. Debemos crear nuevas conexiones y relaciones, crecer y criar hijos, apoyar a nuestros maridos y avanzar en nuestras carreras. Todo esto es muy intimidante y estresante, pero debemos hacerlo de todas maneras. Mi trabajo es ayudarte en tu camino y permitirte prosperar para convertirte en una mujer lista para cada desafío y meta que te propongas en tu vida.

 

Conmigo podrás profundizar en tus sentimientos y pensamientos. Seré la persona que te apoye con calidez y aprecio. No te daré consejos, pero seré el oyente, la persona que te hará preguntas para que te descubras de otras maneras. Nunca es demasiado tarde para cuidarnos. Nunca es demasiado tarde para transformarse. Espero conocerte y ver las nuevas posibilidades de ser tú mismo.